Las experiencias sensoriales están redefiniendo cómo consumimos alimentos y bebidas. Ya no basta con que sepan bien, las personas buscan texturas que sorprendan, aromas que emocionen y productos que generen una experiencia completa.
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La demanda de alimentos y bebidas funcionales sigue disparada. El mercado global fue valorado en más de 281.000 millones de dólares y se proyecta que superará los 500.000 millones de dólares para 2028 (SupplySide Food and Beverage Journal, 2024).
Alon Chen, CEO de Tastewise, explicó durante su participación en el Summit ftalks’25LATAM, iniciativa de KM ZERO, que la funcionalidad ya no es un elemento diferenciador: los consumidores esperan que sus alimentos y bebidas aporten beneficios para la salud.
Productos como kéfir, yogures con cultivos vivos o adaptógenos como la ashwagandha y la cúrcuma son ejemplos claros de cómo la funcionalidad y las experiencias sensoriales se combinan para ofrecer valor añadido.
Los productos de conveniencia siguen ganando terreno. Según Euromonitor, el mercado global de snacks alcanzó los 693.000 millones de dólares en ventas al por menor en 2024.
Este auge responde al deseo de productos cómodos, accesibles, pero también capaces de brindar experiencias sensoriales: nuevos sabores, texturas innovadoras y formatos adaptados al ritmo diario.

La exploración de sabores étnicos, intensos o regionales sigue al alza, impulsada por la curiosidad del consumidor y la globalización del gusto (Willumsen, 2024).
Un buen ejemplo de cómo esta tendencia se traduce en innovación es la startup Sensesbit, ganadora de ftalks Food Summit 2025 en Valencia. Empresa española que ofrece un software de análisis sensorial basado en IA que convierte percepciones de consumidores y paneles de catadores en decisiones estratégicas, optimizando lanzamientos y calidad de productos.

Alon Chen enfatizó que los consumidores son el punto de partida para la innovación:
“Entender sus preferencias permite desarrollar productos que aporten beneficios claros para la salud y, a la vez, generen experiencias sensoriales memorables” (Chen, 2025).
Para Chen, el análisis de datos y las redes sociales son herramientas clave para comprender mejor qué buscan los consumidores, desde sabores hasta texturas y formatos, y para que la innovación en alimentos y bebidas sea más precisa y efectiva.
De cara a 2026, las experiencias sensoriales se consolidan como un elemento central en alimentos y bebidas. Según Mintel, los consumidores buscarán productos que estimulen todos los sentidos, combinando sabor, textura, color y aroma para generar momentos memorables.
Además, Tastewise destaca que las texturas más pronunciadas, como “crack” o “pop”, junto con beneficios funcionales, se convertirán en factores decisivos de compra. Esto refuerza la necesidad de que las marcas integren innovación y funcionalidad para conectar mejor con las personas.